Parece que ha pasado una eternidad desde
la última vez que escribí en este blog. No sé si es porque he estado demasiado
ocupado o porque no me apetecía, pero ésta es una de esas cosas que, si la
haces por obligación, deja de apetecer y ahora –confinado, como todos y todas– me
he decidido a escribir alguna cosa. Esta vez, aunque no soy crítico literario
(ni pretendo serlo) os hablaré de mi última lectura.
Me encanta leer novela
histórica, sentir que me evado de la realidad al sumergirme en un tiempo pretérito.
La novela histórica precisa que su artífice haya realizado un proceso de documentación
suficiente como para recrear otras épocas con sus palabras: lugares,
costumbres, sociedades y todo lo que se te pueda pasar por la mente. Por este motivo
sentía curiosidad: ¿cómo sería una novela basada en la prehistoria? ¿Qué cosas contaría
tal libro? Y, sobre todo, por mucha documentación a la que haya podido acceder
¿de qué manera iba alguien a revivir un personaje, una sociedad o un
mundo que nos quedaban ya tan lejanos y de los que, por definición, no hay
testimonio escrito? Por esto me decanté por El Clan del Oso Cavernario,
de Jean M. Auel y publicada en 1980 (yo, como siempre, a la última). Esta obra
es la primera obra de la serie Los hijos de la Tierra, que cuenta con un
total de seis referencias.
¿De qué va el libro?
Intentaré contaros lo justo como para no haceros un spoiler. El Clan del Oso
Cavernario narra la historia de Ayla, una niña cromañón de cinco años que,
tras un terremoto y una serie de infortunios (de los de verdad, no como
quedarte sin batería en el móvil), acaba siendo adoptada por un grupo de
neandertales que pasaba por ahí (tal cual). La autora narra el proceso de
adaptación de la extraña niña, las cacerías, el día a día del clan, diferentes rituales,
etc. No obstante, Ayla no deja de ser una cromañón y ello la sitúa en un punto lejano
respecto a aquellos con quienes convive y genera una serie de tensiones entre los
miembros del clan que supondrán el hilo conductor de la novela.
Personalmente, encuentro
que la obra tiene dos ritmos narrativos. Durante la primera mitad me pareció
una lectura bastante lenta y que se recrea en descripciones aparentemente
triviales. Sin embargo, considero que recrear el Paleolítico exige mucha
descripción de la vegetación, la orografía o la fauna, pero también es
necesario introducir al lector en aquella sociedad, sus costumbres, su idiosincrasia,
su estructura, etc. Por el contrario, en la segunda mitad de la novela, cuando
ya se han planteado los conceptos elementales que nos ayudan a entender su mundo,
el ritmo se acelera. Las descripciones triviales dan paso a situaciones que te
hacen temer por el devenir de alguno de los personajes a quienes has cogido
cariño, que despiertan tu curiosidad y te mantienen en vilo devorando páginas.
Lo que más admiro de El
Clan del Oso Cavernario es la manera que tiene Auel de recrear aquel mundo.
Estoy seguro de que en ese proceso de documentación previo a la escritura la autora
habrá recopilado una gran cantidad de datos que han quedado reflejados en sus
páginas. Las descripciones de la industria lítica, por poner un ejemplo, dan
buena fe de ello. Por una parte, el hecho de que la protagonista se desenvuelva
en un medio al que no pertenece es de gran importancia, ya que la comparación
constante nos sirve para mostrarnos las diferencias entre los neandertales y los
cromañones a diversos niveles: físico, psicológico, la capacidad de tener
pensamientos abstractos, etc. Esto arroja luz a la comprensión de aquella
sociedad. Por otra parte, ¿qué ocurre con el lenguaje gesticulado de los neandertales,
con las estructuras sociales, el cometido de la mujer en aquellas sociedades, los
ritos, los bailes, el paso de la niñez a la edad adulta o la medicina, por
mencionar algunos de los temas que se tratan? Supongo que la imaginación y el
buen hacer de Auel como escritora han sabido rellenar esos huecos que deja la
evidencia arqueológica. En algunos puntos será más verosímil que en otros, pero
no hay que olvidar que no estamos ante un libro histórico-científico, sino ante
una novela cuyas funciones son entretenerte y hacerte viajar atrás en el tiempo,
funciones con las que cumple sobradamente.
Al acabar la lectura me
he quedado con ganas de más, hecho al que ha contribuido el propio final que me
ha dejado con la duda: ¿qué pasará con Brun, Broud, Uba o Durc? En fin, leeré la
segunda parte a ver si Auel suelta prenda. Por mi parte os recomiendo darle una
oportunidad a esta obra en particular y a la lectura en general.
En este vídeo del canal Mundo Forbit tenéis una reseña del libro:
https://www.youtube.com/watch?v=lofbUFqpInE
Bibliografía
Auel,
E. (2005): El Clan del Oso Cavernario. Madrid, El País.
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