-Hace años un viajero oriental me propuso adquirir
las reliquias más espléndidas de la cristiandad, los cuerpos intactos de los
tres Magos.
-¿Los tres Reyes Magos?¿Los tres?¿Enteros?
-Tres, Magos y enteros. Parecen vivos; quiero decir,
que parecen recién muertos. (…)
Umbeto
Eco, Baudolino.
La
festividad de los Reyes Magos me ha dado la idea de hacer mi primera entrada en
este blog acerca de estos tres personajes, alrededor de los cuales durante la
Edad Media han aparecido una cantidad ingente de leyendas que los ha ido
modelando hasta dar con su actual iconografía, tan presente en las fechas
recién pasadas.
Mi
curiosidad acerca de la figura de los Reyes Magos florece a raíz de la lectura
de Baudolino, novela de uno de mis autores favoritos, Umberto Eco, de la cual
he extraído el fragmento que da inicio al artículo. Para los que no han leído
la novela, Baudolino es un personaje ficticio que, gracias a su condición de
hijo adoptivo del emperador romano-germánico Federico Barbarroja, consigue
estar presente o tomar partido y hasta ser artífice de los acontecimientos más
importantes del siglo XII, entre ellos el descubrimiento y traslado de las
reliquias de los Reyes Magos de Milán a Colonia. El fragmento citado marca el
principio de este capítulo de la vida del protagonista. Hasta ese momento no
tenía ni idea de que existían dichas reliquias y en un primer momento pensé que
era una invención del autor, hasta que movido por la curiosidad empecé a buscar
información y quedar fascinado con estos personajes de los que antes no tenía
mucha idea. A continuación voy a compartir con vosotros algunos detalles
interesantes acerca de la construcción de la imagen de los Reyes Magos.
El
punto de partida que señalan todos los investigadores es el evangelio de San
Mateo, el único canónico que menciona a nuestros protagonistas sin precisar ni
su número, ni su condición de reyes ni tampoco sus nombres. Simplemente se habla
de unos magos que llegaron de oriente a Jerusalén buscando al rey de los judíos
que acababa de nacer y posteriormente, al encontrar a Jesús, le regalaron oro,
incienso y mirra. A partir de aquí, en base a los evangelios apócrifos y las
leyendas que surgieron alrededor de los Reyes Magos, se empezó la construcción
medieval de dichos personajes.
En
lo que se refiere a su calificativo de magos (magoi, en griego), los estudiosos han llegado a identificarlos con
los sacerdotes mazdeístas de Persia, que tenían amplios conocimientos en
materia de astronomía, astrología e interpretación de los sueños, cuya religión
también hablaba de la venida de un “mesías”. De allí el hecho de que siguieron
una estrella para llegar al lugar de nacimiento de Jesús.
Los
presentes ofrecen varios indicios que ayudaron a establecer algunas
características de los Magos. En primer lugar, se trata del alto valor
económico de los mismos: el oro era el metal más preciado y caro, el incienso
era un elemento muy utilizado en las ceremonias religiosas cuyo valor era
similar al del oro y la mirra valía siete veces más que los otros dos regalos. También
se han desarrollado muchas interpretaciones por parte de los santos padres de
la Iglesia acerca de la simbología de los mismos: el oro como tributo a la
figura real de Jesús, el incienso como ofrenda a su divinidad y la mirra, como
prefiguración de la pasión, por su utilización en los ritos funerarios, como
ungüento y embalsamador. Por otra parte la procedencia de estos regalos en la
época se ha conectado con la de los mismos Reyes Magos, que podían venir de
Arabia, Persia o India, lugares donde se producían estos bienes de lujo.
También, por el valor de los presentes y gracias a una interpretación por parte
de Tertuliano del salmo 72 (que pensaba que venía al pelo con la historia de
los Magos) se llegó a la conclusión de que estos eran también Reyes.
En
cuanto a su número, en un principio no quedaba claro, y esto queda reflejado en
las pinturas de las catacumbas en las cuales aparecían dos, tres o cuatro
magos, aunque finalmente se adoptó el número tres coincidiendo con la cantidad
de presentes que trajeron. También se le ha atribuido un carácter simbólico a
esta elección: la Trinidad, las tres partes del mundo conocido, las tres edades
del hombre, las tres razas que descendieron de Noé. Sin embargo las iglesias
siria y armenia mantienen que fueron doce, tal como queda reflejado en un
evangelio apócrifo armenio, en concordancia con las doce tribus de Israel. Por
último, hay una leyenda menos conocida que habla de un cuarto rey rezagado, que
no llegó al punto de partida establecido en un principio y emprendió el camino
de Jerusalén por su propia cuenta. Este rey fue encarcelado allí durante
treinta años y llegó a postrarse delante del Mesías en el momento de la
crucifixión.
Detalle
de capitel de la Iglesia de Santa María de Piasca (Cantabria) (s.IX). Se
aprecia que hay solo dos Reyes Magos (del segundo personaje se ve solo la parte
derecha en el extremo derecho de la escultura)
Foto de Juan Antonio Olañeta (www.claustro.com)
Tras
estas indagaciones de los eruditos y estudiosos de la biblia, en el siglo IV se
empezó a hablar de los Tres Reyes Magos, aunque la historia no caló hasta
siglos después. Los nombres de los tres personajes también procedían de un
escrito apócrifo, El evangelio armenio de
la Infancia, que los identificaba como Melkon, Gaspar y Baltasar. Nombres
parecidos encontramos también en otros relatos, aunque no se puede dilucidar su
significado etimológico, pero parece justificar la condición real de los
personajes.
Detalle
del fresco de la Basílica de San Apolinar el Nuevo (Rávena, Italia) (s.VI).
Representación primitiva de los Reyes Magos, con gorro frigio, representando
las tres edades del hombre.
Foto de www.licenciahistorica.com
La
representación iconográfica de los Reyes Magos que ha ido evolucionando a lo
largo del tiempo influenciados por los aspectos antes mencionados y por las
tendencias sociales o políticas. Se puede decir que han cambiado para estar
siempre a la moda. En un principio se les representaba como tres varones
blancos de edades diferentes: joven, mediana edad y anciano (representando las
tres edades del hombre). En vez de coronas solían llevar un gorro puntiagudo,
como identificación de su origen más probable, Persia, e imitando a los
sacerdotes (magos) de este país. Posteriormente, cuando se decidió que eran
reyes, se los representó ataviados con coronas. Alrededor del siglo XIV,
influenciados por una tendencia de universalizar el cristianismo, que pretendía
expandirse hasta los confines del mundo, los Reyes empezaron a ser pintados
como representantes de las tres partes del mundo conocido o las tres razas
descendientes de los hijos de Noé (Set, Cam y Jafet); fue en este momento
cuando Baltasar empezó a ser negro, como representante de África y
prácticamente es ahora cuando se consolida la imagen que ha llegado hasta
nuestros días.
Adoración de los Reyes Magos de Hugo van der Goes
(s.XV).
Hasta aquí hemos hablado sobre los cambios que ha sufrido la imagen de los Reyes Magos. En la segunda parte, que vamos a publicar dentro de una semana, trataremos el tema de las reliquias y la influencia cultural de nuestros personajes durante la Edad Media.
- Detectives del pasado – “Los tres Reyes Magos”. Documental sobre la historia y las reliquias de los Reyes Magos.
Excelente!
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado! Saludos y gracias por tu aportación!
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